BIOGRAFIA
Vladimir Vasiliev es considerado el “Mejor bailarín del Mundo”, tal como lo distinguió la Academia de Danza de París. Máxima estrella del Ballet del Bolshoi durante más de treinta años, coreógrafo, maestro y director del Teatro Bolshoi de Moscú (1995-2000) son algunos de los aspectos que marcan su carrera.
De origen obrero, nace en 1940 en Moscú, ingresando a la Escuela de Ballet del Bolshoi a los 9 años. Tras su egreso en el año 58, entra en la Compañía del Bolshoi, llegando rápidamente al rol de Primer Bailarín y convirtiéndose ya a mediados de los sesenta en leyenda.
Quizás dentro de los mayores aportes de Vasiliev al mundo del ballet puedan destacarse el cambio del rol masculino en el escenario, equiparando el papel del bailarín al de la bailarina, la reconstrucción psicológica de muchos papeles así como el personal toque de interpretación que supo darles. Logró conjugar a la perfección su incuestionable técnica con una hechicera interpretación que convencía a cualquier espectador de estar viendo a un Albrecht enamorado en "Giselle", al tierno "Cascanueces" o al bravo "Espartaco".
Llegó a bailar con las mejores bailarinas de su tiempo, pero siempre siendo el incondicional partenaire de quien fuera también su esposa, Ekaterina Maximova.
A principios del pasado mes de octubre, a sus 69 años, encontramos a este rubio moscovita en Joinville, Brasil, donde se encuentra la única Escuela del Bolshoi fuera de Moscú. El motivo de su estancia era montar el ballet "Giselle" para la escuela en el marco de los festejos que se llevarán a cabo el próximo marzo por su décimo aniversario.
Vestido completamente de negro, según se murmuraba de luto por el fallecimiento de su esposa el último abril de 2009, con gran calma y muy amable actitud, se dispone a la entrevista.
Una nueva concepción al bailar
-En el documental de Dominique Delouche, "Katia & Volodia" usted, mirando muy fijamente a la cámara dice: “Si uno tiene equilibrio y hace piruetas lo proclaman bailarín. Si tiene la mala suerte de saltar alto lo proclaman genio”. Y enseguida agrega: “pobre de ellos, porque bailar no es eso…”
-Cantidad no significa calidad. Y en las artes, siempre es más importante calidad que cantidad. Y precisamente en eso se encuentra la diferencia entre el deporte y el arte. En el deporte siempre todo es más largo, más rápido, más alto… Pero lo más interesante es que tanto en el deporte como en las artes, cada uno roba lo mejor del otro. Por eso, de repente en este tiempo moderno, los críticos hablan que la técnica hoy en día es más importante que lo artístico. Y entonces los bailarines quieren girar más, saltar más…. Danzar cada vez más rápido. Sin embargo sólo consiguen hacerlo peor. Si hoy uno divide el deporte en sus distintas modalidades, muchos de ellos obligan al público a actuar con mucha emoción, así sucede cuando el deporte se hace artísticamente. Se juega artísticamente al fútbol, al voleibol… Los nadadores nadan artísticamente.
Y esa concepción del ballet es la que ha marcado a Vasiliev. La convicción de que un verdadero artista es aquel que puede crear un campo magnético sobre el escenario capaz de envolver al público. Sin esa comunión entre artista y público, cree que el arte no es arte. Pero para lograr “atrapar” a ese público considera tres aspectos como esenciales: tener clara la “idea” del personaje a interpretar, manejar la “técnica necesaria” para bailarlo y “bailar artísticamente, con mucho sentimiento”.
-¿Cree que hoy en día ha cambiado la forma de bailar, así como las aspiraciones de los bailarines?
- Hoy técnicamente los bailarines son mucho más fuertes. Son mejores. Pero en mi opinión se pone muy poca atención A la ligación de las palabras sueltas necesarias para construir una frase. Ellos conocen muy bien las palabras, pero falta el calor de la frase. Ese calor que aparece cuando sentimiento e idea se unen para formar la frase. Porque cuando la gente, no percibe más que el sentimiento. Es-co-mo-si-al-ha-blar-ha-bla-ra-a-sí. Si Ud. hablara así, nadie podría mantener una conversación por más de 15 minutos. Y yo no podría hablar con una persona así, no podría entenderle nada. Quizás sí algunas palabras separadas, pero no el sentido de la frase. Y como nuestro lenguaje, el lenguaje del ballet es totalmente ligado, esa ligación en muy importante. Para nosotros es muy importante ligar la entonación musical con los movimientos de baile. Hacer una música perceptiva. Para poder ver la música.
-¿Cree que hoy en día la formación de bailarines es distinta a la que usted recibió?
-En los tiempos cuando yo estudié, teníamos mas bailarines padrinos formándonos en casa, dentro de la Escuela. Los niños, siempre participábamos en todos los espectáculos del teatro… ópera, ballet, y todo. Ellos ya comenzaban bien pequeñitos. Eso no sucede hoy. Los niños no participan, entran pocas veces al teatro.
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